Florista sanfelipeña conquista Nueva York con su arte floral

Yerka Espinoza, originaria de San Felipe, ha logrado posicionarse en el competitivo mundo de la floristería en Nueva York, una ciudad que constantemente busca lo innovador y lo exquisito. Esta talentosa florista ha dedicado años a perfeccionar su arte, combinando la belleza de la naturaleza con un enfoque artístico que ha cautivado tanto a su comunidad natal como a la audiencia internacional.

Actualmente, Yerka forma parte de la prestigiosa exhibición floral “Fleur de Villes”, que se celebra anualmente en Hudson Yards. Este evento, que lleva cinco años siendo un punto de encuentro para los amantes de las flores, destaca por su capacidad de ofrecer una experiencia sensorial única a sus visitantes. En él, quince diseñadores florales de renombre, entre los que se encuentra Yerka, son seleccionados para crear obras de arte vivas, utilizando flores de todo el mundo.

“Somos 15 diseñadores, y me siento feliz de ser elegida y reconocida por mi trabajo”, comenta Yerka con una sonrisa que refleja su orgullo y gratitud. Para ella, esta participación es un testimonio de su arduo trabajo y de la pasión que pone en cada arreglo floral. Sus creaciones, que han sido elogiadas por su combinación de colores, texturas y formas, logran fusionar lo clásico con lo contemporáneo, convirtiendo cada espacio en una obra de arte natural.

El impacto de Yerka en Nueva York

En la exhibición “Fleur de Villes”, los visitantes no solo pueden disfrutar de la estética floral, sino que también tienen la oportunidad de conectarse con la naturaleza en un ambiente urbano. Los arreglos, que destacan por su fragancia y belleza, son creados para contar historias y provocar emociones. “Es un honor poder trabajar en una ciudad tan vibrante como Nueva York, donde cada día es una oportunidad para aprender y crecer”, dice Yerka, quien ha logrado abrirse camino en una ciudad donde las oportunidades abundan, pero también la competencia.

Uno de los aspectos más destacados de la participación de Yerka en este evento es su enfoque en el diseño floral como una forma de arte. Cada uno de sus arreglos no solo está pensado para decorar, sino para evocar emociones y capturar la esencia del momento. Esta perspectiva artística es lo que la ha llevado a colaborar con reconocidas galerías de arte en Manhattan y empresas de diseño de alto perfil, que ven en su trabajo una fusión perfecta entre naturaleza y arte.

Compromiso con la comunidad y el arte floral

Aunque ahora vive en Nueva York, Yerka nunca ha perdido su conexión con San Felipe. Mantiene un fuerte vínculo con su comunidad natal, donde sigue inspirando a jóvenes floristas y creativos. “Siempre recuerdo mis raíces, porque es en San Felipe donde comenzó todo”, expresa con nostalgia. A través de talleres y proyectos comunitarios, Yerka sigue compartiendo su conocimiento y pasión, con la esperanza de que más personas descubran la magia del arte floral.

Además de su trabajo en exhibiciones de alto perfil, Yerka también ha comenzado a ofrecer talleres de arte floral en Nueva York, donde comparte su visión y técnica con personas interesadas en aprender las últimas tendencias del diseño floral. “Es maravilloso ver cómo personas de diferentes culturas y profesiones se interesan por las flores. Creo que, al final, el lenguaje de las flores es universal”, añade.

Mirando hacia el futuro

A pesar de sus logros, Yerka no se detiene. Tiene planes de continuar explorando nuevas fronteras dentro del arte floral, con proyectos que combinan la naturaleza con otras formas de arte como la escultura y el diseño de interiores. Su objetivo es seguir evolucionando como artista y florista, mientras contribuye al desarrollo del arte floral en una plataforma global.

En su trayectoria, Yerka Espinoza ha demostrado que el arte floral no tiene fronteras. Desde San Felipe hasta Nueva York, su pasión, creatividad y dedicación han dejado una huella imborrable en quienes han tenido la suerte de disfrutar de sus creaciones. Su historia es un recordatorio de que, con esfuerzo y amor por lo que haces, es posible florecer en cualquier parte del mundo.